viernes, 27 de enero de 2017

También soñé

  Fíjate que nunca te lo platiqué pero, a mi también me pasa que tengo sueños muy raros de vez en cuando. Así como los que tú me decías en la sala de tu casa.
  Y precisamente en una ocasión soñé que estaba como en un campo de mandarinas, algo así. Había bastantes árboles y de sus verdes divisaban el naranja como un cumplido. Todos eran para ti. Me acerqué y tomé una fruta, y de alguna manera, tu estabas tan cerca... aquí a mi lado. Y lo recuerdo todo como si se tratara de una película, donde dan galardón al encuadre y a la fotografía, porque todo era muy preciso, porque juntaban todas las intenciones para sellar tu mente con el desenlace.
  Te mire a los ojos, así como no queriendo. Y te dije, casi entre dientes y voz baja, que tomes esta fruta que escogí. Curiosamente lo que más recuerdo del sueño, es esa carita que pones. Es una tuya muy particular que solo tienes cuando te digo algo bonito o cuando te lanzo un beso y me ves de lejos y de la nada. No sé si alguien más, si sepas, de alguien que te la haya visto tal cual ese reflejo de ti, así como yo con estos ojos que sin darme cuenta, coqueteaban con los tuyos.
  Que sin darme cuenta era para un momento que resultó tan especial, sellado con un sueño, como en aquella ocasión en la sala de tu casa.

Almohada (31 de Enero del 2008)


_______Sentado en una silla de madera donde en medio de sus posaderas se encuentra una especie de de bolsa llena de algodón para que al sentarse se dé una mayor comodidad. ¡Qué practico! ¿Quién habrá inventado la almohada? No lo sé la verdad, de hecho, no me he dado a la tarea de realmente ponerme a investigar.
_______ ¡Ah! Que invento tan increíble, sin duda el mejor de todos. Es un instrumento especialmente diseñado para la comodidad. Es tan simple de utilizar, no existe cosa más simple que: la almohada. Me han tocado casos, situación en las que personas hablan de todo su esplendor. Unas dices que es el invento del señor, utilizando al hombre como medio para hacer materia su divino poder; otros dicen que es el mejor terapeuta psicológico. Yo estoy de acuerdo en eso (en lo del terapeuta) es que, sin duda es cierto. ¿Nunca han escuchado “déjame consultarlo con la almohada”? qué mejor prueba que ello. ¿A cuántas personas no ha ayudado nuestra siempre fiel, modesta, acolchonada, suave, deliciosa, esponjosa y silenciosa almohada? Pues claro que a muchos de nosotros.
_______“¡Ah! Almohada, te amo, como quisiera tenerte en estos momentos, ¡oh! Almohada, almohada te amo, ¡ven!, oh si almohada, ¡AH!” no-no- no, esperen, esas palabras no son mías. Solo les estoy trayendo a ustedes una referencia gloriosa que proviene de la boca de algún satisfecho. Esas fueron las palabras que escuche por ahí, es cierto, no miento porque yo lo escuche ¡yo lo vi!
_______Yo les recomiendo que se consigan a una almohada desamparada, una huérfana que no tenga a donde ir o con quien estar. Las almohadas son muy gustosas de compañía, les encanta estar en la cabeza de la gente. Lo curioso es que, desde que nacen, ya son muy sabias. Por eso son tan buenas terapeutas. Son muy fáciles de cuidar, se tardan mucho en llegarse a ensuciar, y lo fantástico es que no las tienes que alimentar. Ah pero eso sí, mucho amor. Porque si no, se marchitan como la flor. De vez en cuando hay que bañarla, así como a la planta hay que regarla. Pero no se le baña con tanta frecuencia como a la planta se riega. En resumen, mucho amor.
_______Un concejo que les voy a dar y recomendar, es conseguirse, una almohada encontrar, que será gustosa, encantada de su cabeza cargar.